Al terminar el verano, ya con los tibios rayos de sol, el cambio de colores, la vegetación se caracteriza por su variedad y el olor a tierra mojada debido a las últimas lluvias de la temporada, con las que la dehesa nos regala en su particular despedida de la etapa estival.
Es en este momento cuando todo se transforma dejando aflorar una belleza distinta y especial que irá cubriendo todos estos parajes de la dehesa, donde pastarán libremente en cuestión de semanas en la montanera nuestros mimados lechones cuando alcancen el peso adecuado y estén preparados para vivir al aire libre.
Ya se empieza a gestar la bellota en nuestras extensas dehesas, esperando su madurez para empezar a soltarse poco a poco a lo largo de los meses de montanera. Esta misma bellota que es la que aportará los ácidos grasos insaturados, el sabor característico y el aroma, esencia de nuestros mejores jamones y patrimonio de nuestra tierra.
En las dehesas también existe otro tipo de alimento sano y natural aparte de las bellotas. Los pastos, otros frutos silvestres, hierbas aromáticas, raíces y setas, aportando variedad a la dieta de los animales…
Con el otoño, la explosión de colores rojos, marrones y amarillos empieza una nueva aventura en el mundo del jamón con Castro y González.