El cinc es un oligoelemento de los más esenciales ya que tiene diversas funciones en nuestro organismo.
El cinc está recomendado en problemas de la piel como puede ser el acné o la psoriasis, importante para la retina de los ojos y la vista en general, la lenta curación de las heridas, la caída del cabello y para la función normal del sistema inmunológico aumentando la resistencia contra la actividad de los virus.
La cantidad de cinc de la que disponemos en nuestro organismo es directamente proporcional a la que le suministramos a través de nuestra dieta. Ricos en cinc son las lentejas, la carne, el hígado, las ostras y como no, el jamón ibérico, el cual nos proporciona en una ración de 70/80 grs. un 33% de la dosis diaria que nos hace falta, por lo que es considerado como una fuente importante de este elemento.
A partir de cierta edad es recomendable un aporte extra de este oligoelemento al igual que para los diabéticos, para evitar problemas como la caries, falta de concentración y perturbaciones de la memoria, así como afecciones del aparato digestivo y dolencias nerviosas. Hay que tener en cuenta que el 85% del total del cinc se deposita inmediatamente en los músculos, huesos, testículos, cabellos, uñas y tejidos pigmentados del ojo, razón por la que es un elemento clave para un crecimiento y desarrollo apropiado durante la infancia.
La mayoría de la población consume unos niveles adecuados de zinc gracias a una alimentación equilibrada y no suele ser necesario tomar suplementos, pero sí existe la mínima sospecha de una carencia de cinc es muy importante buscar asesoramiento médico.