Cuando se comentan las excelencias de los embutidos ibéricos pensamos inmediatamente en el chorizo o el lomo, ya que son los que más conocemos, no son tantos los conocedores de este producto que se obtiene del cerdo y que es un verdadero manjar.
El morcón es un embutido típico de las matanzas del suroeste de nuestra península. El proceso de elaboración es similar al del chorizo, pero así como éste se embute con el intestino delgado, el morcón es embutido con el intestino grueso, por su forma de bolsa que se anuda con hilo de algodón bien prieto y que hace que cuando se corte a lonchas no se deshaga.
La carne que se utiliza es carne magra con poca grasa y de calidad, escogida del cerdo ibérico de bellota, normalmente cabeceros y hasta un 30% de paletilla, la cual es picada.
Se llama morcón por ser morcón o ciego el nombre de la tripa que lo envuelve. Para condimentarlo se utiliza un adobo con base de pimentón dulce, ajo y sal. Toda esta mezcla se amasará el tiempo suficiente para que quede toda la mezcla homogénea y se dejará reposar un día entero. Después de la limpieza previa de las tripas se embutirá sin que quede nada de aire alojado en ellas. Debido a su grosor ha de permanecer en el secadero y bodega un periodo de tiempo más largo, unos seis meses. Suele pesar entre uno y dos kilos.
El maridaje del morcón es muy variado pero se entrega bien con vinos de crianza o reservas, y al igual que el jamón o el lomo se puede servir solo, aunque también es ingrediente en recetas tradicionales como el arroz con morcón.
Es un pequeño manjar menos conocido que el resto de embutidos, que aún siendo un producto excelente de alta gama podemos ofrecer a nuestros invitados a un precio asequible.
El morcón ibérico
