Del pisado de las uvas, una de las frutas que más valor antioxidante tiene, se obtiene un zumo dulce y sabroso conocido con el nombre de mosto, que al margen de su buen sabor es algo más, ya que contiene múltiples beneficios para el organismo.
El mosto contiene una sustancia llamada flavonoides, la cual se encarga de fortalecer y proteger a las células de nuestro organismo evitando su deterioro, es por esto que está recomendada para personas que se sometan a una oxidación excesiva de sus células como pueden ser los deportistas. También hace que la sangre sea más fluida mejorando así la circulación de la misma, fortaleciendo nuestro corazón y manteniéndolo en mejor estado haciendo que baje la presión arterial. Consumir mosto y practicar un ejercicio aeróbico es ideal para mantener nuestro corazón más joven, por lo que es una buena alternativa incluirlo en nuestra dieta.
Es rico en vitamina E, necesaria para ayudar a mantener el sistema inmunitario fuerte frente a virus y bacterias, además de proteger el tejido corporal del daño causado por sustancias tales como radicales libres. Estos radicales pueden dañar células, tejidos y órganos, y se cree que juegan un papel en ciertas afecciones relacionadas con el envejecimiento.
El mosto de primera presión se trata de un mosto extraído con una ligera presión. Es el mejor mosto, dado que no apura la piel ni las semillas.
El mundo del mosto es muy parecido al de su hermano mayor, el vino. Podemos encontrar mostos blancos, tintos, monovarietales, ecológicos, etc.… tanto es así que el mosto tiene aromas y gustos iniciales del vino. Existen catas de mosto que a un nivel más familiar, son muy interesantes ya que no contienen alcohol. No hay que confundir el mosto con el vino sin alcohol, al cual se le ha eliminado el alcohol mediante diferentes procesos químicos. En estos procesos, el vino pierde muchas de sus propiedades además del mencionado alcohol.
Todo lo relacionado con el mosto implica beneficios. Un mosto fresco es una bebida ideal a cualquier hora del día.