Cada vez más populares y presentes en más ciudades españolas son un referente en nuestra gastronomía. Las tapas son como pequeños platos de comida que de una sola vez, te permiten degustar gran variedad de alimentos y además existe una gran oferta entre originales, novedades, en montadito o tostas y guisadas.
El precio es más económico que un plato principal o una ración, esto es una gran ventaja ya que en estos tiempos de crisis se ha creado una dimensión que permite mantener relaciones sociales a la par que saciar el hambre de los comensales de una manera más informal.
Es curioso, el origen de la tapa tiene diversas teorías, antes se le llamaba “avisillos” o “llamativos” a las porciones que servían de aperitivo antes de la comida principal.
La RAE dice: “la tapa es una pequeña porción de alimento que se sirve como acompañamiento a una bebida”.
Otra teoría reza que fue el rey Alfonso XIII que en una visita a la venta El Ventorrillo del Chato (Cádiz) dio origen a la tapa. Lo que ocurrió es que el rey pidió una copa de vino, en ese momento se giró un poco de viento y el camarero le puso encima de la copa una loncha de Jamón. Al rey esto le gusto y repitió.
Otra teoría dice que para poder reponer fuerzas y continuar con su trabajo pero sin comer demasiado, por el siglo XIX los labradores tomaban una copa de vino con algo de comida.
También se dice que la costumbre de tapar la bebida con pan o con jamón, era habitual en las tabernas para evitar que entrasen mosquitos u otro tipo de insectos.
Pero la tapa tal y como se entiende hoy día, renace en la posguerra como una manera de alimentarse a pequeños bocados para así eliminar el hambre. Ya después evoluciona de manera que por cortesía se les sirve a los clientes para acompañar la bebida y también para incitar al consumo debido al punto de sal que llevaban.