El cerdo ibérico por sus atributos gastronómicos es sin duda la raza porcina por excelencia, pero hoy queremos hablaros de la raza duroc, desconocida para la mayor parte de consumidores. Esta raza tiene su origen en Estados Unidos, la cual proviene de la fusión de dos razas Red Jersey y Old Duroc, allá por el siglo XIX y que a su vez proceden de razas de ascendencia europea y africana. Su aspecto lo define una tez rojo oscuro y sus orejas caídas. Por otra parte es ideal para la ganadería porque es más resistente a los patógenos externos y poco problemático en su crianza y con un crecimiento y peso superior a los de otra tipología. Se fue introduciendo poco a poco en España en la década de los sesenta ya con la idea de mejorar la infiltración de grasa en el cerdo blanco, pero la evolución lógica e inmediata fue hacia el cerdo ibérico puro 100%.
Este cerdo es ideal para el cruce con el de raza ibérica, esto es debido a que su carne tiene un alto contenido en grasa infiltrada lo que hace que el cruce con el cerdo ibérico confiera unos jamones más jugosos (hay que recordar que el ibérico puro 100% es muy magro y no tiene demasiada grasa infiltrada). Tanto es así que el duroc es la única raza cuyo cruce es permitido dentro de la norma de calidad del ibérico (hasta en un 50%), además mejora la productividad produciendo lechones más fuertes y con un mayor crecimiento
El jamón producido por esta raza blanca por sí misma no tiene nada que ver con la ibérica y su jamón tomaría la denominación de serrano. Su curación también sería distinta requiriendo menor tiempo.