África encierra todavía muchos misterios relacionados con remedios medicinales. Uno de estos misterios es la raíz del Harpago, cuyos poderes curativos conocen muy bien los curanderos para tratar la malaria y otras fiebres. Al Harpago se le conoce por el nombre de “garra del diablo” debido a unas espinas que presenta el fruto y que le da aspecto de garra.
Durante cientos de años los pueblos que habitan el desierto del Kalahari han utilizado la raíz del Harpago para tratar el dolor, las complicaciones del embarazo y distintos problemas en la piel.
Desde su introducción en Europa en 1900 estas raíces secas se han utilizado para restaurar el apetito, aliviar el dolor de estomago, reducir el dolor y también los procesos inflamatorios, ésta última es su mayor cualidad.
Hoy el Harpago es un remedio natural estudiado y usado para ayudar a aliviar el dolor en trastornos degenerativos como lo son la artritis, el lumbago, el reuma y diversos dolores musculares. Ésta raíz es uno de los mejores aliados para nuestras articulaciones.
Muchas de nuestras dolencias actuales son causa de la disfunción de alguno de nuestros órganos de purificación, principalmente el hígado y los riñones. Actualmente sabemos que alguna de las sustancias activas del Harpago facilitan la eliminación de los residuos del metabolismo aumentando la excreción, lo que se percibe en la orina que presenta un color más oscuro y un olor más intenso. En los casos de artrosis es muy recomendable su uso por el mismo motivo, ya que ayuda a eliminar los líquidos que tienden a acumularse y generan dolor.
El Harpago es un remedio natural, eficaz, inofensivo y de fácil asimilación.
Debido al aumento de la secreción de ácidos en el estomago no se recomienda el consumo del Harpago en personas con úlcera gástrica o duodenal.