Muchas veces agobiados por las prisas, tanto nuestras como la de muchos de los restaurantes a los que acudimos en las ciudades, pensamos en los restaurantes de las afueras, los de los pueblos que alguna vez visitamos y caemos en la cuenta que no es lo mismo el menú que podamos pedir en uno o en otro. Una cocina con una base tradicional aunque sea con un toque novedoso y buenos ingredientes hacen que la cosa cambie… y es que no hace falta mucho más.
Esta misma filosofía funciona y hay que llevarla a casa, sòlo hay que saber dos cosas y eso si invertir al principio un poco de tiempo.
Una de las premisas más importantes es seguir el calendario de frutas y verduras, esto quiere decir que siempre es mejor consumir los productos de temporada porque están más sabrosos y conservan todas sus propiedades debido a que no se someten a un dilatado transporte, ni pasan tanto tiempo en las cámaras.
Con las carnes y el pescado hay que buscar referencias e invertir algo de tiempo para conocer la carnicería y la pescadería que te dè confianza. Con el jamón ibérico pasa lo mismo, es recomendable comprar donde se te ofrezca un servicio honesto y profesional. También es importante cocinar con cierto cariño, en los sitios donde es así se nota.
Con todos estos factores en práctica, ir sustituyendo poco a poco los ingredientes mejorará la calidad de la dieta y por simpatía, inmediatamente nuestra salud y nuestro estado de ánimo. La diferencia es notable, los beneficios que nos aporta cocinar con ingredientes de calidad son muchos y a cada cual más importante… y es que con la comida no se juega.