Una piel tersa y suave, un pelo abundante y con brillo hacen que cualquiera de nosotros tenga un aspecto más joven y cuidado. Ya que nuestro físico refleja nuestro modo de vida, nos da individualidad y cómo no… refleja nuestra edad.
Pero no hay que pensar que únicamente son los cosméticos y productos de belleza que se venden en las diversas tiendas los que nos hacen rejuvenecer. Los cuidados que nos aportan belleza, la mayor parte de las veces vienen de nuestro interior, desde dentro y a partir de nuestra nutrición. Como ejemplo: Una piel con impurezas, unas uñas estropeadas y frágiles o un cabello sin brillo ni fuerza son con frecuencia la consecuencia de una mala alimentación o de una dieta poco equilibrada.
También es cierto que el aporte de vitaminas y oligoelementos ayudan a este fin. Por ejemplo la levadura de cerveza previene contra las impurezas de la piel, el germen de trigo proporciona vitamina E ayudando a que nuestra piel esté sedosa y lisa, la vitamina A evita que la piel se reseque y que se formen escamas, las vitaminas del grupo B que aporta el Jamón Ibérico se consideran vitaminas de la belleza porque participan en el metabolismo del oxígeno.
En resumen, para prevenir los síntomas prematuros del envejecimiento es especialmente recomendable aumentar la cantidad de sustancias nutritivas en nuestra alimentación.
La belleza natural nace desde el interior
