La dehesa, ese paisaje humanizado que se extiende por las tierras de la Península Ibérica, es el hogar del cerdo ibérico de bellota durante la montanera. Este verdadero paraíso con bosques, pastizales y charcas no solo es el escenario perfecto para la cría de este animal. A su vez, desempeña un papel fundamental en la preservación de la biodiversidad y el equilibrio ecológico. ¡Descubramos juntos por qué este entorno único es sostenible!
Es un ecosistema en perfecta armonía
La primera razón por la que nuestras dehesas son consideradas un paraíso sostenible es la biodiversidad que aloja, en perfecto equilibrio con la presencia humana. Los pastizales son el hogar de aves, pequeños mamíferos y reptiles autóctonos, mientras que los arroyos y charcas brindan refugio a insectos y anfibios.
Un círculo perfecto
Además, en nuestras dehesas, los cerdos ibéricos disfrutan de una vida en libertad, alimentándose principalmente de bellotas, pero también de hierbas silvestres y otros recursos naturales que ofrece el ecosistema. Esta alimentación natural y diversa no solo contribuye a la calidad excepcional de la carne del cerdo ibérico de bellota, sino que también tiene un impacto directo en la sostenibilidad ambiental.
Al consumir bellotas de robles, encinas y quejigos, y otros brotes, los cerdos ayudan en la dispersión de semillas y promueven la regeneración natural de los bosques, fomentando así la conservación de la flora y la biodiversidad en la dehesa.
Un arte ancestral que debe ser perpetuado
La tercera razón por la que la dehesa se trata de un entorno sostenible es que la cría de nuestros cochinos ibéricos nada tiene que ver con la ganadería industrial. En Castro y González apostamos a lo artesanal, desde la crianza del cerdo hasta que nuestros productos llegan a tu mesa. A través de un pastoreo controlado, prevenimos la erosión del suelo y contribuimos a reducir a unos mínimos el impacto ambiental asociado con la producción de carne a escala industrial.
Promoviendo el empleo local
Por último, es importante destacar que la crianza del cerdo ibérico en la dehesa también tiene un impacto positivo en la sostenibilidad económica y social de las comunidades rurales. Este tipo de actividad genera empleo local y contribuye al mantenimiento de una forma de vida tradicional arraigada en la cultura y las tradiciones locales.
Como ves, la dehesa es un ejemplo vivo de cómo la actividad humana puede coexistir en armonía con el entorno natural, promoviendo la sostenibilidad y la conservación de nuestros recursos naturales. ¿Lo sabías?