La equinácea está considerada como una planta medicinal debido a sus propiedades curativas y por los múltiples beneficios que aporta a nuestro organismo. Ha sido protagonista en distintos estudios relacionados con sus bondades y por esto ha sido incluida en la lista de los súper alimentos.
En estos últimos años la equinácea poco a poco se ha ido incluyendo en las listas de compra de nuevos hogares ya que son cada vez más personas sabedoras de todo lo que puede aportar y que deciden apostar por esta extraordinaria hierba. Siempre se ha tomado como hierba seca, aunque por practicidad se ha ido decantando en forma de comprimidos, tabletas o cápsulas estándar. Esto es debido en parte a que los componentes de la planta no son muy solubles en agua.
Si se está haciendo famosa es por su papel estimulador del sistema inmune, útil para enfermedades de carácter infeccioso que aprovechan un sistema de defensa debilitado (herpes, otitis, conjuntivitis).
La equinácea está recomendada para enfermedades del aparato respiratorio como la gripe y el resfriado, bronquitis, dolores de garganta, sinusitis, etc. Además, esta planta es considerada como uno de los mejores antibióticos naturales que existe.
También es muy efectiva como planta estomacal ya que estimula el apetito al aumentar las secreciones salivares y facilita la digestión en estómagos inflamados.
De uso externo es ideal aplicar su tintura sobre heridas, cortes o úlceras, es también muy efectiva para las quemaduras. Reduce el acné en cualquiera de sus manifestaciones. Lo único que hay que hacer es humedecer un algodón con unas gotas de esta tintura y aplicar sobre la zona afectada. Exactamente igual ocurre con el eccema.
Y por último apuntar que tiene un papel importante contra las llagas en la boca, la gingivitis, el síndrome de boca seca, las anginas o la faringitis por su poder anti-inflamatorio. Su aplicación para este tipo de tratamiento se lleva a cabo diluyendo unas gotas de esta tintura en agua y realizando enjuagues bucales. No se han detectado casos de toxicidad, pero no es recomendable prolongar su uso más allá de los dos meses ya que disminuye su acción.