¿Sabías que la grasa cumple un papel crucial en la degustación? La alimentación cuidada de nuestros animales hace posible que la grasa de infiltre en cada fibra del animal, lo que puede apreciarse en forma de vetas una vez realizado el corte ¡y llevarte a otra dimensión con cada bocado! Te compartimos tres cosas que vas a notar al paladearlo:
El sabor de nuestras dehesas
Un Jamón Castro y González, independientemente de la línea a la que pertenezca, destaca por sus notas a dehesa y frutos secos, marcando el punto perfecto para su degustación. La característica principal es que su sabor puede apreciarse sin que este abrume u opaque otros matices. Te recomendamos probar nuestro Jamón de Bellota 100% Ibérico, ya que la grasa de esta joya es producto de una alimentación exclusivamente a base de bellotas durante la montanera y conserva todas las propiedades saludables de este fruto. ¡Ya te puedes imaginar la potencia de su sabor!
El punto justo de jugosidad
Además de un sabor especial, la grasa de nuestros jamones aporta jugosidad a la experiencia de degustación. Durante la masticación, la humedad de la grasa y su efecto sobre el flujo de la saliva crean la combinación perfecta para un bocado untuoso y paladeable. La jugosidad y calidad van de la mano, dos aspectos que nunca faltan en Jamón Castro y González.
Increíble textura
La grasa de un Jamón Castro y González posee una textura suave y de fácil masticación. Esto es muy fácil de comprobar: toma un poco de grasa entre los dedos y verás como poco a poco se va deshaciendo. Esta textura es el vehículo perfecto para un sabor suave y gustoso. En el caso del Jamón de Bellota 100% Ibérico, la fluidez de la grasa y su suavidad son mayores, debido a la alta concentración de ácido oleico en su grasa.