Siempre que escuchamos o hablamos de hacer ejecicio, lo asociamos a un gimnasio, al sacrificio, a la figura, a los kilos que llevamos de más o al slogan de nuestros días «estar en forma», y pocas veces tomamos conciencia de la importancia que reviste el ejercicio físico en nuestro organismo, en nuestra salud. Los especialistas en la materia, señalan que conocer la diferencia es el primer paso para comprender los beneficios de la actividad física, tomando en cuenta las necesidades y posibilidades de cada persona.
Para ello conozcamos la incidencia de la actividad física a distintos niveles de nuestro cuerpo: ósteo-articular, muscular, cardiovascular, respiratorio, metabólico y psicosocial.
Nivel óseo y articular: se producen mejoras en la composición ósea, aumentando principalmente la vascularización y la retención de minerales. Estructuralmente, aumenta la masa ósea y se fortalecen los elementos constitutivos de la articulación (cartílago, ligamentos, etc.)
Nivel muscular: aumenta la cantidad de las proteínas en el músculo, fortaleciendo estructuralmente las fibras musculares y tendones. Funcionalmente, hay una mayor fuerza y resistencia, aumento y mejora de la actividad energética, mayor elasticidad y mejora de la coordinación motriz (sistema nervioso).
Nivel cardiovascular: estructuralmente, se refuerzan las paredes del corazón y aumenta su masa muscular. Respecto a los componentes, se da un aumento de glóbulos rojos, hemoglobina que transporta el oxígeno, mitocondrias, mioglobina y elementos defensivos (leucocitos y linfocitos).
Disminuye la frecuencia cardíaca con lo cual el corazón se cansa menos al realizar una actividad. Estando en reposo, evita la acumulación de sustancias negativas (grasa) en las paredes de las arterias y aumenta su elasticidad, mejora la circulación.
Nivel respiratorio: aumento de la fuerza, resistencia y elasticidad en los músculos y órganos que intervienen en la respiración, amplía el volumen de la respiración disminuyendo el número de respiraciones por minuto, etc. y, en general, mejora la actividad respiratoria.
Nivel metabólico: la actividad física hace aumentar el HDL (grasa buena) y disminuye el LDL (grasa mala), mantiene correctamente los niveles de glucosa y mejora la actividad desintoxicadora.
Nivel psicosocial: quien se habitúa a realizar actividad física suele tener un mayor bienestar general, consigo mismo y con los demás. Ayuda a descargar tensiones de todo tipo y a aporta alegría, diversión y confianza en sí mismo y en los demás.