La cocina japonesa se presta bien a la fusión. Era cuestión de tiempo hasta que los sabores y aromas del ibérico de bellota comenzaran a formar parte de los platos más atrevidos y creativos. Pero, hasta el momento, muy pocos chefs se han animado a incorporar la intensidad y untuosidad del jamón de bellota 100% ibérico en una gastronomía tan amplia y rica en sabores como la japonesa. Esta mezcla especial (y osada) permite disfrutar de un trocito de cada cultura, ofreciendo lo mejor de dos mundos.
Fiebre por los sabores y aromas del ibérico de bellota
Posiblemente, el máximo exponente de la cocina japonesa con influencias españolas sea Seiji Yamamoto. El prestigioso chef, con tres estrellas Michelín en su haber, ha conseguido, ni más ni menos, posicionar su restaurante ubicado en Japón como uno de los mejores del planeta. ¿Cómo lo hizo? El nipón destaca por su sello único, que combina una cocina zen con los sabores y aromas del ibérico.
Para Yamamoto, la intensidad del jamón 100% ibérico es un tesoro. E incorporarlo a su menú fue un acto de valentía. Sí, lo vivió como un increíble experimento que sus comensales supieron apreciar. Resulta que, en Japón (especialmente en el mundo de alta cocina) nadie se había atrevido a combinar el carácter y el bouquet inconfundible del cerdo ibérico con la tradicional comida japonesa. Y mucho menos a convertirlo en protagonista de su menú. Hoy, sus recetas son un lujo gastronómico.
Si bien el ingrediente protagonista es el jamón de bellota 100% ibérico, su menú deja entrever piezas como solomillo, lomo, presa, abanico o ventresca del porcino ibérico. Entre sus recetas se encuentran los fideos Inaniwa aromatizados con cidra y aceite de puerro en sopa de jamón ibérico; abanico cocido a fuego lento con lujosos champiñones matsutake y ventreca, y envuelto de secreto asado a la parrilla con hongos matsutake.