Las lágrimas ibéricas son una carne ibérica fresca bastante particular debido a su corte. Se extraen de las costillas, exactamente de la parte intercostal. También son conocidas como delicias de costilla o tiras de costilla. Su corte es estrecho y alargado y cada pieza viene a pesar entre 70 y 90 gramos. Su abundante grasa es una característica general que lo hace un bocado muy jugoso. Es una carne con un sabor espectacular. Tiene la peculiaridad de no estar pegada al hueso, por lo que es un corte fácil de cocinar.
Lo más normal es encontrarlas en la sección de carne fresca, aunque se elaboran también en adobo o salazón. La manera más gourmet de prepararlas y de exaltar todos sus sabores es a la brasa, a la plancha o como protagonista de un delicioso plato de cuchara.
Es un corte versátil. Se puede macerar o adobar, y en los guisos son ideales para realzar bien sea un arroz o para preparar cualquier tipo de salsa.
Las lágrimas ibéricas necesitan mantenerse a una temperatura de unos 4º C y consumirse antes de pasadas 72 horas. Sin duda, son sinónimo de éxito, valoradas por los paladares más exigentes.
Normalmente se ofrecen como aperitivo o tapeo informal o como segundo plato acompañada de unas patatas fritas o de una ensalada. Empanadas, directas al aceite bien caliente, bien doraditas, pueden hacer que, sin querer, sea a ti a quien se le escape una lagrimita de placer.
¿Ya has probado esta delicia?
Imagen: www.julianmartin.es