Cuando decidimos salir a comer algo con este calor veraniego, la respuesta a la pregunta de ¿a dónde vamos? es siempre “donde sea pero con terracita”. Da igual como sean, modernas, románticas, céntricas, temáticas, el caso es que este espacio en verano está reservado para cuando queramos desconectar de la rutina, buscando la brisa para comer, cenar o tomar unas copas.
Las zonas de playa se van llenando y se van dejando de lado los locales en las zonas de invierno. El caso es salir a la calle a tomar algo sin planes complicados practicando “el terraceo”, buscando ese momento relajado que nos hace especial la época estival.
También se están poniendo de moda las azoteas “street food terrace” donde se puede disfrutar de un buen ibérico de bellota y a la vez complacernos de unas vistas increíbles. Son conceptos novedosos creados al aire libre basados en un ambiente tranquilo, cómodo, sin ruidos. Una propuesta para tomar algo, pero de una manera distinta.
Parece ser que en sus principios se utilizaban estos espacios para los after work que se organizaban en los hoteles, después se reconvirtieron dando paso a las noches divertidas entre amigos y también en su formato de noches románticas para poco a poco adaptar su oferta gastronómica y de ocio convirtiéndose en “restaurantes de altura”.
Una nueva manera ideal para descubrir una forma distinta de vivir más urbanita, sobre todo en las ciudades más grandes.