El 18 de septiembre, Madrid fue testigo de una experiencia culinaria única, donde dos de las tradiciones más arraigadas se encontraron en un majestuoso maridaje: el intenso sabor del Partagás Serie D Nº 4 de Club Pasión Habanos encontró su contraparte perfecta en el Jamón de Castro y González. Y aunque muchos eran escépticos ante la idea de unir el mundo del tabaco y del jamón más selecto, el resultado fue sorprendente: un maridaje que exaltó las características individuales de cada producto, mostrando que ambos tienen la capacidad de brillar en armonía.
Una odisea de sabor
En la búsqueda del jamón perfecto para esta ocasión, no podría haberse hecho una elección mejor que el Castro y González Fusión. Este jamón es el resultado de casi un siglo de tradición y maestría. Una pieza que combina lo mejor de Guijuelo y Cumbres Mayores, en la Sierra de Huelva, uniendo dos tradiciones en una experiencia gustativa única. Curado durante un año en Guijuelo y luego dos años más en el sur, el “Fusión” adquiere un bouquet especial que se convirtió en su impronta.
Los productos más artesanos que existen
Al igual que un puro de calidad, el proceso detrás de este jamón es meticuloso y artesanal, donde más de cien procesos manuales aseguran su perfección. Durante la degustación, tanto los puros como el jamón revelaron sabores y aromas complementarios, desde notas salinas hasta toques dulces, creando una sinfonía de sensaciones para el paladar.
Este encuentro espectacular fue un recordatorio de que tanto el Jamón Castro y González como el habano, dos productos arraigados en la tradición y símbolos de la buena vida son ideales para disfrutar en cualquier momento, y juntos, pueden crear magia. ¡Hasta el próximo encuentro!