¿Sabías que una naranja menos redondeada, una manzana menos lustrosa o un plátano apenas negruzco está condenado al contenedor solo por su apariencia? La razón es clara: el consumidor asocia su color, forma y aspecto con productos de mala calidad. Sin embargo, tienen exactamente las mismas propiedades nutricionales que las que son consideradas “bonitas”. Por eso, hace años que el sector hortofrutícola examina rigurosamente cada pieza, descartando aquellas que no pasan el examen de belleza.
Frutas y verduras ¿feas? ¡Jamás!
Los datos son alarmantes. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) asegura que un 4 por ciento de las frutas y hortalizas que se cosechan en el mundo se descartan por culpa de la obsesión por la perfección estética. Además de representar un dilema ético, el costo de tirar comida a la basura es sumamente alto. Imagina que se necesitan 13 litros de agua para producir un único tomate y 50 litros para obtener una naranja. ¿Te das una idea de la cantidad de recursos naturales que estamos desperdiciando sin sentido?
Iniciativas que hacen la diferencia
Para eliminar los cánones estéticos de la alimentación y así evitar que se echen a perder frutas y verduras solamente porque no lucen “como deberían” surge el movimiento Ugly Food. Una de las iniciativas más importantes en España que respalda esa tendencia ecológica es Espigoladors, una organización sin ánimo de lucro que reúne a un grupo de pequeños productores preocupados por la sostenibilidad ambiental. A través de su actividad, recuperan frutas y verduras que iban a ser descartadas antes de su comercialización y las reintroducen a la cadena de suministro. “Tenemos que entender que todos somos parte del problema y parte de la solución”,explica en este vídeo Mireia Barba, cofundadora de la organización.
Cada vez son más quienes toman la de decisión de adoptar un estilo de vida más ecológico. Apoya la campaña #yonotiro de Espigoladors ¡y ayuda a combatir el desperdicio de alimentos!