Las vitaminas son sustancias que el propio cuerpo no fabrica y que son vitales para nosotros por lo que hemos de saber de qué alimentos proceden e ingerirlas de una manera habitual.
La falta de vitaminas no se muestra inmediatamente se manifiesta al cabo del tiempo ya que el organismo puede almacenarlas temporalmente y liberarlas cuando el aporte externo no sea suficiente.
Por esta razón las carencias no se hacen evidentes hasta pasado un tiempo. El mal humor, la falta de apetito y el cansancio permanente son síntomas que se le atribuyen a la edad pero la mayoría de las veces vienen dados por la deficiencia en el aporte vitamínico.
Muchas personas sufren carencia de vitaminas del tipo B. La vitamina B activa una seria de procesos biológicos que favorecen el metabolismo celular y contribuyen a la transmisión de información a las células nerviosas.
Las vitaminas del tipo B resultan imprescindibles para múltiples funciones corporales. Cabe destacar su importancia para recuperar energías perdidas, en casos de dolores cronificados de espalda y estómago y el refuerzo del sistema cerebral.
Vitamina B1
Importante para:
Transmisión de estímulos nerviosos, función del sistema nervioso, metabolismo hidrocarbonado.
Síntomas de carencia: Disfunciones nerviosas, falta de apetito, cansancio y perturbaciones de la memoria.
Vitamina B2
Importante para:
Obtención de energía, función visual, generación de sustancias nutritivas, piel sana.
Síntomas de carencia
Piel seca e inflamada, fotofobia
Vitamina B3
Importante para:
Metabolismo de grasa y energías, sistema inmunológico, eliminación de toxinas.
Síntomas de carencia:
Lesiones nerviosas, alergias dermatológicas.
Vitamina B6
Importante para:
Metabolismo de albúmina y nervios, regeneración de la piel, sangre y anticuerpos.
Síntomas de carencia:
Falta de apetito, neuritis.
Vitamina B9
Importante para:
Producción de hormonas y sangre
Síntomas de carencia:
Anemia, trastornos del crecimiento del pelo, dermatitis
Vitamina B12
Importante para:
Producción de sangre, regeneración del recubrimiento de los nervios.
Síntomas de carencia:
Enfermedades de la médula espinal, anemia, trastornos en el metabolismo hepático.